Abordaje




No firmé contrato de fidelidad con la vida, lo sé.
Entonces, ¿Qué he podido robarle?
¿Cuánto pesa mi equipaje?
He llegado a una edad mental
en la que las cosas que me parecían maravillosas,

ya no lo son tanto.

Descubrí la sonrisa hipócrita, el suspiro sincero,
el abrazo oportuno, el beso apresurado.

Las mil y una formas de sorprender una mentira en labios amados.

Guardé en el obsoleto cajón,
llamado alma por costumbre,
las mejores sonrisas que se inventó la felicidad.
Las más saladas lágrimas, purificadoras de agonías.

Los siniestros destellos de mi amada soledad.

Me he hecho psicóloga honoraria,
paranoica por accidente,

tolerante por necesidad.

He aprendido cosas, olvidado otras…
E inventado muchas más.
He procurado ser cada día un poco más imperfecta
(Se me ha dado muy bien)
Y desear menos.
Y soñar más.
Y creer.
Y olvidar.
Y amar.

Y VIVIR.

De la tonta y mágica forma en que sé hacerlo.
Equivocándome por deporte.
Cómoda en el circo que me rodea.

Jamás conforme con la mediocridad.

Atenta al movimiento de una hoja seca.

Insensible al estruendoso resto de la realidad.

Me iré abrumada por tanta belleza vista,
imperceptible para quien no sabe mirar.
Con un corazón estropeado y agradecido.

Con la voz deshecha por el cantar.

Gran viaje. Lo admito:
Desearía seguir aquí… Y sin embargo saboreo el final.
Por eso, aún indefensa, estaré lista para abordar.