PLUMA LIBRE ESTÁ DE ANIVERSARIO!!!

Un año ya… ¡Cuántas cosas he dicho! Y cuántas he callado…
Hoy por fin cumple un año este proyecto de vida que se convirtió en una necesidad para mí.
No hay mejor forma de celebrarlo, que escribiendo.
A continuación les dejo lo que me obsequiaron mis musas por este primer cumpleaños.

La bitácora de los sueños


Respiré hondo. Cerré los ojos. Volví a abrirlos.
Y allí estaba.
¡Qué sublime fue el encuentro!

No alcancé a hablar, ni a llorar, ni a reír. Sólo a escribir.
Dejé de ser yo, me convertí en mi pluma.
Integramos un mismo cuerpo en el espacio.

La dejé sentir por mí, andar por mí, soñar por mí.
Recorrimos juntas los senderos de este mágico lugar.


¿Dónde estuvo todo ese tiempo sin que yo lo descubriera?
¿Cómo es que no me atrajo antes su destello?
¿Cómo pude respirar sin verme en este espejo?

Mírenme, soy yo. Éste es mi rostro. El de mis versos.

Debió ser que mi alma sabía de este día.
Lo presintió y me empujó hasta aquí.

Sí, eso fue.
Este rincón ya existía dentro de mí.
Por eso sobreviví hasta verlo de frente.
Hasta verme explotar en él de felicidad.

Éste es mi hogar. El de mis miedos,
de mis caprichos,
de mis deseos, de mis secretos...
El hogar de mis sueños.


“Sueño que vivo entre nubes de musas,
que se dejan fundir por el ardor de mis manos,
que me toman sin aviso consumiendo mi esencia,
encerrándome por siempre a la sombra de lo humano.”

En ningún otro mundo sería yo misma.
Nada hay guardado para esta ave
en un nido
que no sea el de las letras.


“Porque soy el color libre que invade el papel.
Porque soy el papel libre donde vive mi alma.
Porque soy el alma libre que acaricia mi pluma.
Y la hace libre…
Libre, para siempre. ”


P/D: Mil gracias a quienes se han dedicado a compartir su tiempo con mis pensamientos y emociones durante este primer año de Pluma Libre.
Gracias a los que me siguen, a los que me elogian, a los que me critican y a los que me copian.
Debo agradecer además, a las tres personas responsables de que me decidiera a materializar esta idea: Raúl Santiago, Rodnie Jorge y Luís Federico Santana (ellos suelen creer en mí, más que yo misma).
En fin, nunca pensé que algo tan sencillo llegaría a convertirse casi en el centro de mi vida… y me haría tan feliz. Siempre me gustó escribir, pero nunca lo compartía.
Ahora sé que es mi destino. De verdad, ¡amo esto!
Quiero escribir hasta que muera, y quiero que mi huella permanezca viva junto a las de millones de seres que en su paso por la Tierra, honraron a la más noble de las Artes.
Aún falta mucha tinta por verter… ¿Me acompañan?