Lucy's Calendar


Y nació enero. Con él también nací yo, despacio, como la rosa que espera la madrugada para abrirse a escondidas, sin que nadie atestigüe su sensual metamorfosis.
Mis pupilas presenciaron un febrero inseguro, turbio, aburrido. Tuve que tomarlo de la mano y convencerlo de que todo iría bien, de que lo peor había pasado ya.
Marzo trajo los perfumes del olvido, los que hacen estremecer mis sentidos, siempre como la primera vez. Los que dejan en mis labios el sabor de besos secretos, extintos al mismo momento de nacer.
No me di cuenta de que era abril, hasta que iba casi a marcharse. Le reclamé las tantas emociones que debieron venir en su equipaje y me rogó que lo esperara un poco más. Juró que las traería pronto.
Así que puse mi ilusión en mayo, aunque nunca he confiado en él. Sus torrentes arrastraron la espera y dejaron brillando mis caderas.
Junio rompió mil lazos, convenciéndome de que es posible vivir en la atmósfera de los sueños, aún cuando no tengan oportunidad de resistir.
Anduve confundida y sombría, hasta que julio me abofeteó con fuerza, como suele hacerlo para despertarme de la amarga insensibilidad.
Cuando ya no ostentaba más esperanzas, agosto me desvistió. Esposó mis manos, vendó mis ojos, quemó mi piel. Y se fue sin despedirse.
Al ver a septiembre, sonreí. Sabía que en sus redes venía el color del otoño. Nos abrazamos, y aún después de irse, mi alma lo seguía viendo.
Octubre reivindicó mi espíritu. Sin dar explicaciones, vació el obsoleto armario de mis sentimientos y me obsequió un escudo nuevo, para cambiar el que el amor me había estropeado.
Mi corazón latió de prisa, se revolvieron mis entrañas. Era noviembre con su porte de antesala del final. Trató de inquietarme con su profecía fatalista, pero mi ser no pudo prestarle atención. Miraba un punto fijo, el mismo que sigo viendo ahora...
Es diciembre. Continúo mirando. Es una luz hechicera que me embriaga de valor, de ansiedad, de poder. No tiene color, ni lugar de procedencia, sólo sé que la observo. Y ella camina hacia mí.
El año aún no termina. Esperaré aquí... hasta que la luz me alcance.